​​Al lado, una historia.
Desconocida para quien no sabe de dolor de panza cuando el hambre arrasa.
Desconocida para quien nunca vio los mejores atardeceres de la ciudad, allá lejos por el sur o por el oeste, donde no hay tanto edificio, pero si mucha gente. 
El aula de al lado, invisible, llena de los nadies que no llegaron a la escuela. 
Historias a plena luz.
Aquí junto, hay vidas que vale la pena ser contadas.